TERAPIAS
"Llevar una vida natural requiere ausencia de pensamientos, equilibrio emocional, limpieza psicológica, comprensión y una alimentación adecuada y sana, y ello garantiza un estado de plenitud perdurable, exento de enfermedades de por vida."
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ROTURA DE HÁBITOS Y ESQUEMAS
Todas las dietas que se detallan a continuación son equilibradas y están destinadas a personas sanas si ningún problema de salud declarado. Se ajustan a las características personales como el peso, la edad, la altura, el sexo, y otras y pretenden restituir los viejos hábitos por otros mucho más saludables. Junto a la dieta, también se entregan una serie de recomendaciones que se adaptan al perfil demandado, así como los suplementos alimenticios requeridos en cada una de las etapas de la vida. |
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UNA DIETA PARA CADA ETAPA DE LA VIDA
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Cada etapa requiere un estilo de vida diferente, como el alimenticio-nutricional, ya que el estado evolutivo del cuerpo físico y emocional van cambiando. Saber decir adiós a cada una de las etapas y abrazar con cariño e ilusión la nueva que está por llegar, repercute positivamente en todo nuestro ser y en nuestra alma. A esto se le llama madurez. |
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Estas dietas no tienen un significado estético, sino que centran su importancia en la salud del paciente. El sobrepeso y, sobretodo la obesidad, se origina en unos malos hábitos alimenticios y en problemas emocionales, y conllevan problemas metabólicos que pueden desencadenar patologías graves; un peso por debajo de lo normal o una delgadez extrema, se origina en una mala nutrición y en desequilibrios emocionales, y conllevan una hipofunción de los órganos del cuerpo.
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Dieta para niños/niñas en la infancia (entre 1 y 5 años). Una alimentación incompleta o inadecuada puede traducirse en una retardación o detención del crecimiento del infante, por ello la nutrición es de vital importancia durante este período.
Dieta para niños/niñas en la segunda infancia (entre 6 y 11 años). Las necesidades energéticas para este segundo grupo son mayores ya que los cambios fisiológicos que se producen requieren un mayor número de nutrientes y una mayor calidad de ellos, ajustándose al sexo, al peso y a las características propias de cada uno de los niños/as.
Dieta para adolescentes (entre 11 y 18 años). La adolescencia inicia al aparecer los caracteres sexuales secundarios y termina cuando cesa el crecimiento. Este proceso madurativo es muy rápido y la nutrición en esta etapa requiere una serie de valores energéticos y nutritivos que condicionarán dicho crecimiento.
Dieta para lactantes. Durante el primer año de vida el bebé basa su alimentación en leche materna o leche artificial, pero poco a poco se van introduciendo alimentos nuevos en su dieta a medida que la leche se va retirando del menú.
Dieta para la maternidad y embarazo. La maternidad debe prepararse mucho antes del inicio del embarazo, ya que obtener un perfecto estado de salud condicionará al feto desde el mismo momento de su concepción. Este período de preparación debe aprovecharse para marcar los hábitos alimentarios, el conocimiento de todos los nutrientes y suplementos que aportarán las materias primas capaces de fabricar un nuevo organismo sin deterioro para el feto ni la madre. Dietéticamente se planteará en tres períodos trimestrales.
Dieta para la madre lactante. La salud del lactante está relacionada con la salud de la madre y el amamantamiento evita muchos de los peligros de la alimentación artificial. Para poder suministrar leche materna al bebé de calidad se deben tener en cuenta una serie de necesidades nutricionales y consejos dietéticos concretos.
Dieta para adultos (a partir de los 18 años). El metabolismo adulto es diferente al del resto de etapas, lo que condiciona los requerimientos nutricionales y energéticos necesarios para mantener un buen estado de salud.
Dieta para la etapa del climaterio (menopausia) y postmenopausia . Es un período de la vida de la mujer en el que tiene lugar la desaparición de la función reproductiva e importantes cambios en la secreción de hormonas sexuales, cambios metabólicos con tendencia a la obesidad y cambios psicológicos. Todo ello, requiere una adaptación alimentaria para conservar el estado de salud, evitando excesos y carencias nutricionales.
Naturópata-Iridóloga: Ivet 690.99.05.91 |
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Dieta hipocalórica. La obesidad es una patología metabólica caracterizada por un exceso de tejido graso y cuyo síntoma principal es el sobrepeso. Se trata de adiposidad o de un aumento de la grasa corporal. Con el estudio del metabolismo total del paciente y con los cambios introducidos en la dieta diaria se rebaja este nivel de adiposidad sin dejar de comer y manteniendo un nivel nutricional equilibrado.
Dieta hipercalórica. La delgadez es una insuficiencia ponderal por déficit de las reservas lipídicas del organismo. En caso de ser genética, no presenta síntomas ni alteraciones metabócas importantes, pero cuando es extrema hay un déficit nutricional que afecta al funcionamiento normal de los órganos. La dieta en estos pacientes suministra una cantidad de energía y proteínas suficientes para facilitar su restauración y la normalización física e intelectual.